El canal de los progres, Cuatro, tiene un programita en el que su protagonista, Susana Villar, se pega 21 días haciendo lo que sea. Después de 21 días entre cartones, ahora se ha decidido por algo mucho más arriesgado: 21 días fumando petas. Y es que Michael Phelps, crea escuela…
Sí, más de un canallita golfo de los que me lee no le verá el menor mérito a hacer esto. Es más, tengo amig@s, que pagarían por que les plantearan semejante “reto”. “Killo, yo lo ‘peto’ y propongo hacer dos meses seguidos o, en un alarde de originalidad, algo así como ‘nueve semanas y media (fumado)’”, me ha comentado alguno mientras hablábamos de esto.
Es más, esto atrae al desvaríe del personal y ya me veo a los colectivos más aventajados de esta sociedad pidiendo “21 días enfarlopada”, “21 días bajo el ‘cristal’” o “21 días ‘extasiados’”.
Ahora en serio. La peña está perdiendo los papeles. ¿Es necesario llegar al riesgo neuronal para hacer un trabajo periodístico digno? Porque, por mucho que defiendan que es “más sano que el tabaco” -y un carajo- cada canuto se fuma 10 o 20 mil neuronas y tres semanitas sin parar de petarlo te tienen que dejar como en una resaca de esas de domingo malo. Y eso no hay nómina que lo supla. “¿A cuánto está la neurona hoy mi’arma?”. Ni idea, pero la “neurona periodística” cotiza cara toda vez que es complicadísimo encontrarla a horas normales.
Pero, una vez que admitimos el trabajo, pensemos, ¿aporta algo? Todos sabemos lo que hacen los canutos, así que además del mega-morao que se va a pillar la chiquilla y que tiene la excusa perfecta para hacerlo, no le veo la chicha al reportaje. Se puede seguir el perfil de “Callejeros” sin arriesgar el cerebro.
En un tono más “happy, happy”, deberíamos hacer “21 horas en bolas” o “21 horas con Lopera” (eso sí que sería droga dura y no una mierda de canuto).
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