Mi cuñado iba indignado porque le habían pedido 20 euros para entrar en Casino. Y eso que iba bien vestido, aseadito y demás. Ya sabemos que los bares emplean la táctica ésta de pedirte el oro y el moro cuando no te quieren dejar entrar para aburrirte. Si todos pudiéramos hacer como el Cafre no habría problema. Un día llega a la puerta de la discoteca y le pide el portero 30 euros para entrar y él, ni corto ni perezoso, se saca un Bin Laden del bolsillo (500 eurazos) y lo pone en el mostrador. El armario empotrado, asustado por el billete, le dice que no tiene cambio y el Cafre le dice que no se mueve de allí hasta que no entre porque su billete era “moneda de curso legal”… Al final entró y sin pagar el tío. ¡Qué artista!
El caso es que tuvimos que irnos a Aqua. Total, a mi hermana le encanta ver al sireno éste que baila y se menea en la pecera. Yo sigo pensando que una mujer decora mucho más, pero bueno. El caso es que ella, que anda ahora sin novio, y está buena y esas cosas (que no sirva de precedente que yo le diga a mi hermana estos adjetivos) no para últimamente de ligar, y aunque ella no se va con nadie a la primera porque es muy modosita (igual que su hermano…), le encanta poder contar después que le han entrado tropecientos buitrazos. Eso sí, hay que reconocer que cada vez se lo curran más. El sábado pasado, en Bilindo, llegó un nota y le dijo tres chorradas a la oreja para, acto seguido, enchufarle una tarjeta de visita con su nombre, su teléfono móvil y el título de “Agente secreto del amor”. Para matarse. Que uno haga estas chorradas con más de 12 años es para estar preocupado. He visto hacer de todo para ligar, pero irte a una imprenta y hacerte tarjetas con semejante textito es para sacar nota. Eso sí, mi hermanita todavía guarda su papelito, así que si me está leyendo el tarjetero, puede que tenga suerte. Finalmente, os animo a que os sigáis pasando por el blog de “El Conde Canalla” (www.condecanalla.com) y os unáis a los cientos de canallitas que visitan semanalmente la página para enterarse de las historias que cuento por aquí.
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