Despedida del soltero del Porras (no, no es su apellido; no, no es policía y sí, es por lo que pensáis). Es un tío noble, afable, inocentón…y es mejor no ir a vaciar la vejiga con él para no coger complejo de Eunuco para el resto de tu vida. De todas formas, en casi todas las pandillas hay uno de éstos, ¿a qué sí? Siempre hay un “Pértiga”, un “Trompa” o un “Tranca“. Durante la cena en La Casa del Duque, estuvimos bromeando de nuevo sobre los peligros que tendría acudir con él al “Jardín del Diablo” o al “American Show” porque, claro, en cuanto te pregunta la “bailarina” de turno de la Europa del Este aquello de “¿Quié é el nofio?” para subirlo al escenario y dejarlo en calzoncillos e, incluso, con menos ropa, le señalaríamos todos a él sin pensarlo… Y así lo hicimos. Definitivamente, es una de las mejores estrategias para liberar el terreno cuando vas a uno de estos antros para reírte (sólo para reírte ¿eh? que ya sabéis que el Conde siempre es partidario de la seducción a cero euros o, todo lo más, de invitar a una copa para quedar bien). Llegamos al club de striptease y, lo típico, las chicas que no bailan empezaron a acosarnos literalmente y creo que no era únicamente para que le metiéramos billetitos de esos de colores en el tanga. Pero cuando salió ese Porras al escenario a bailar y lo desnudaron casi por completo, llegó la histeria entre las féminas a sueldo. Aquellos calzoncillos que parecían alojar en su interior un par de calcetines Yumas crearon pánico. El acoso cesó por el miedo que le entró a aquellas chicas sólo de pensar en la posibilidad de que el Porras quisiera utilizar el 100% de los servicios del local y no me refiero al WC. Pudimos disfrutar al final de unos bailes sensuales sin sentir acoso. El Porras hará también “Llegada de Soltero”, una nueva moda que hemos creado en la pandilla para multiplicar por dos estas juergas.
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